BATALLA DE TRIGOPAMPA
Exactamente había transcurrido 283 años del encuentro guerrero anterior (Kachipampa) que era con motivo de conquistar. En esta ocasión el ejército español aparece en San pedro de Hualla para reclutar a viva fuerza y engrosar al ejército realista para que ayude a luchar contra los patriotas. Esta arremetida se llevó a cabo el 18 de noviembre de 1823 en el lugar denominado Trigopampa, cerca de Pakuanto.
Los iquichanos fueron fanáticos
partidarios de la causa real, para secundar a las tropas españolas que se
esforzaban por ahogar el ansia de independencia que bullía en el espíritu
peruano. Quienes se dispusieron a defender la causa del rey de España, cuando
las primeras tropas del ejército libertador invadieron la intendencia de
Huamanga. La campaña de estos jamás desfalleció, duró cuatro largos años y aún
después del esplendido triunfo de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824. Nada
menos con ese propósito esta legión recorrió muchos lugares entre ellos San
Pedro de Hualla, después de enfrentarse con Los Morochucos.
Al llegar a San Pedro de Hualla,
el ejército realista ( Iquichanos), se escondieron en las cuevas y hoyadas de
Ayatuna, pero la población se enteró de inmediato y al mismo tiempo
sigilosamente evacuaron y se escabulleron hacia Aqomayo y Parionanpampa,
quedando en el pueblo solamente los ancianos y niños. En los referidos lugares
sesionaron los huyentes bajo el comando de Tomas Yanque, Gabriel Nalga y Tomás
Vilchez, arribando a la conclusión de combatir. Para ello forman su ejército
denominado “verde Llaqe” (descendientes jóvenes), en razón de la historia de
sus antepasados que tampoco se sometieron fácilmente.
Una vez determinado y armado como
deben atacar, hincan el retorno al encuentro por Wayllapata y por Qosña, luego
se dividen en dos flancos: uno hacia Pargamarka y el otro por Tallawiri, para
convergir en Trigopampa.
Tomas Yanque y Tomas Vílchez,
estuvieron a la cabeza del grupo ubicado al costado del Morro mientras Gabriel
Namga y Miguel Yupanqui estuvieron en Qocha Waygo para momentos estratégicos.
De su parte, los iquichanos también
estaban estratégicamente parapetados en Kiswarpata – hoy Castillapata-
preocupados al no encontrar gente en la población, y en una de esas miradas
observan un tumulto en Trigopampa por lo que el Puka Toro -Jefe- ordena a los
suyos descender y aniquilar como dé lugar, porque en ese trance, estaba
descartado reclutar para que se adhieran a su ejército. Como ellos estuvieron
montados en caballos era fácil su movilización. Pero en cuanto a armas, estos
uno que otro tenía rifles, escopetas y más tenían lanzas.
Los cientos de jinetes con sus
banderas en mano –banderas del ejército realista- y su lanza en alto gritaban a
voz en cuello diciendo: ¡que viva el rey!. ¡que viva el rey!, bajaron al
encuentro de los desarmados y sorprendidos sampedranos. La lucha se armó, los
sanpedranos huallinos, que también estuvieron informados de la jura y proclama
de la independencia del Perú, por el libertador San Martín, respondían vivando
a la libertad y al generalísimo. Esta respuesta les encolerizo mucho más y
furiosos como toros bravos inician a batallar.
Algunos ancianos y niños observan de la plaza del pueblo, de Pikchupata y otros lugares visibles la lucha encarnizada de Trigopampa. Algunas ancianas lloraban arrodilladas y con las manos juntas en alto, los ancianos sollozos, todos ellos pedían a Dios y San Pedro que les de fuerza a sus hijos.
Después de casi medio día de
lucha los rebeldes iquichanos hacen su retirada dejando a sus muertos, la peor
parte les toco a estos. En cuanto a los huallinos, Tomas Yanque sangraba,
estaba herido, quien a sus compañeros les arengaba seguir luchando hasta
exterminarlos, pero optaron por cesar el duelo ya que los enemigos habían
fugado.
Los insurgentes iquichanos
tomaron la ruta de Chincheros y Moyobamba cruzando el río Cangallo por Aqmay y
se dirigieron hacia Vilcas Huamán, cunas de los chankas, según otros
historiadores, donde tienen que encontrarse con las otras tropas realistas que
va de Pampa Cangallo también después de haber fracasado en Qocha Orgo y en Chakamayopampa.
Tomas Yanque, Gabriel Namga,
Tomas Vílchez y Miguel Yupanki, son considerados héroes de esta gesta, que para
San Pedro de Hualla significan símbolos de valor indio y rebeldía contra la
injusticia y la explotación.
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